La memoria nunca perdona
no pasa por ese angosto sendero
obliga a recorrer nuevamente esos laberintos
repletos de nostalgia, dolor y sufrimiento
en donde el tiempo se derrite lentamente
¡Cuánto resentimiento guarda la memoria!
No se puede cuantificar
no existe esa posibilidad.
Se sienten los barrotes de la misma prisión de siempre
que se presenta de formas extrañas a través del recuerdo
Incluso en sueños nos castiga la tortuosa memoria
cuando aparece esa silueta, esa sombra
que no es el fuego, sino los residuos, es el humo
el cual no queremos ver debido al llanto que causa.
Son látigos y castigos mentales que nos azotan una y otra vez
causando gran eco a lo largo del tiempo
dejándonos sin el talante suficiente para aguardar lo que nunca cambia:
La muerte.
no pasa por ese angosto sendero
obliga a recorrer nuevamente esos laberintos
repletos de nostalgia, dolor y sufrimiento
en donde el tiempo se derrite lentamente
¡Cuánto resentimiento guarda la memoria!
No se puede cuantificar
no existe esa posibilidad.
Se sienten los barrotes de la misma prisión de siempre
que se presenta de formas extrañas a través del recuerdo
Incluso en sueños nos castiga la tortuosa memoria
cuando aparece esa silueta, esa sombra
que no es el fuego, sino los residuos, es el humo
el cual no queremos ver debido al llanto que causa.
Son látigos y castigos mentales que nos azotan una y otra vez
causando gran eco a lo largo del tiempo
dejándonos sin el talante suficiente para aguardar lo que nunca cambia:
La muerte.
Deseo entrar en las fauces del olvido
mirarme al espejo y nunca recordarme, solo olvidarme
despertar un día con una gran resaca
y simplemente hacer silencio a todo recuerdo
a toda voz, a toda palabra, a toda letra, a todo papel, a toda piel.
Sólo pido un poquito de silencio a la conciencia
cerremos al mismo tiempo sus puertas y ventanas
deseo ese deseo
y que nunca esté satisfecho
para siempre ir en rumbo del calmo olvido
lo cristalino y esperanzador de lo nuevo.
mirarme al espejo y nunca recordarme, solo olvidarme
despertar un día con una gran resaca
y simplemente hacer silencio a todo recuerdo
a toda voz, a toda palabra, a toda letra, a todo papel, a toda piel.
Sólo pido un poquito de silencio a la conciencia
cerremos al mismo tiempo sus puertas y ventanas
deseo ese deseo
y que nunca esté satisfecho
para siempre ir en rumbo del calmo olvido
lo cristalino y esperanzador de lo nuevo.
El Chirigüe
Comentarios
Publicar un comentario