Puedo
demostrarte
lo mucho que te quiero
yendo a buscarte
a la punta del cerro
sonrojada encontrarte
por este nuevo comienzo
y sin punto aparte
dibujarte lo que pienso.
Puedo arrinconarte
con la palabra punzante
del hablante bien sincero.
Puedo equivocarme
y no pedir disculpas
llorar todas las culpas
terminando en aguas profundas
y en gritos ahogarme
respirando casi nunca.
Puedo salir a navegar
a lugares desconocidos
donde habitan los desvanecidos
que se han ido por el río
de las almas que se apagan
por sueños rotos y podridos.
Puedo ser víctima
del sentir de la gente
apuntándome con sus prejuicios latentes.
Puedo salir realmente herido
sin que nadie se muestre arrepentido
y dañar, como un animal, a quien me intente ayudar
Para sobrellevar este dolor constante, amigo mío.
Puedo desaparecer al instante
hacer olvidarte que me encontraste
o sea hacer que no extrañes
a una persona que a nadie le atañe.
Puedo ser el mismo de antes
pasearme sin ningún desplante
camuflarme dentro del paisaje que desintegro
usando siempre el mismo polerón negro.
Puedo desvalorizar todos los valores
es decir, pintar nuevos soles
que alumbren nuevos rincones
para los ciegos de corazones.
Puedo amar a todas las estrellas
tan lejos y siendo bellas
siento que mi lugar está con ellas.
Puedo declararme capaz
estar en el pozo completamente hundido
sin embargo, intentando salir sin daños ni castigos
por los obstáculos producidos
del enemigo querido
que como un amigo
hace que mejores
cuando tomas tus decisiones.
Puedo ser tu amante
acariciarte
donde nadie lo hiso antes
y saborearte
el alma, el corazón, el cuerpo
tres cosas que se pierden con el tiempo.
Puedo amar los días soleados y nublados
salir a la calle a contemplarlos
dentro de mis pulmones atraparlos
cerrar los ojos y exhalarlos.
Puedo hacer que me odies
sólo como los humanos suponen
sin perdonar y sin olvidar
la grietas del rencor que por siempre van a estar.
Puedo invitarte a pasear
por todos mis versos sin parar
así flotar, jugar y rebotar
como niños que buscan un nuevo lugar donde habitar.
Puedo tener un grave problema
no saber cuándo terminar un poema
es la costumbre de seguir escribiendo
como si fuese el último intento
pero es justamente eso, verán
lo que me mantiene contento.
lo mucho que te quiero
yendo a buscarte
a la punta del cerro
sonrojada encontrarte
por este nuevo comienzo
y sin punto aparte
dibujarte lo que pienso.
Puedo arrinconarte
con la palabra punzante
del hablante bien sincero.
Puedo equivocarme
y no pedir disculpas
llorar todas las culpas
terminando en aguas profundas
y en gritos ahogarme
respirando casi nunca.
Puedo salir a navegar
a lugares desconocidos
donde habitan los desvanecidos
que se han ido por el río
de las almas que se apagan
por sueños rotos y podridos.
Puedo ser víctima
del sentir de la gente
apuntándome con sus prejuicios latentes.
Puedo salir realmente herido
sin que nadie se muestre arrepentido
y dañar, como un animal, a quien me intente ayudar
Para sobrellevar este dolor constante, amigo mío.
Puedo desaparecer al instante
hacer olvidarte que me encontraste
o sea hacer que no extrañes
a una persona que a nadie le atañe.
Puedo ser el mismo de antes
pasearme sin ningún desplante
camuflarme dentro del paisaje que desintegro
usando siempre el mismo polerón negro.
Puedo desvalorizar todos los valores
es decir, pintar nuevos soles
que alumbren nuevos rincones
para los ciegos de corazones.
Puedo amar a todas las estrellas
tan lejos y siendo bellas
siento que mi lugar está con ellas.
Puedo declararme capaz
estar en el pozo completamente hundido
sin embargo, intentando salir sin daños ni castigos
por los obstáculos producidos
del enemigo querido
que como un amigo
hace que mejores
cuando tomas tus decisiones.
Puedo ser tu amante
acariciarte
donde nadie lo hiso antes
y saborearte
el alma, el corazón, el cuerpo
tres cosas que se pierden con el tiempo.
Puedo amar los días soleados y nublados
salir a la calle a contemplarlos
dentro de mis pulmones atraparlos
cerrar los ojos y exhalarlos.
Puedo hacer que me odies
sólo como los humanos suponen
sin perdonar y sin olvidar
la grietas del rencor que por siempre van a estar.
Puedo invitarte a pasear
por todos mis versos sin parar
así flotar, jugar y rebotar
como niños que buscan un nuevo lugar donde habitar.
Puedo tener un grave problema
no saber cuándo terminar un poema
es la costumbre de seguir escribiendo
como si fuese el último intento
pero es justamente eso, verán
lo que me mantiene contento.
El Chiriwe
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